2007-12-31

CODIGO DE LECTURA


"Si no ardo,
si no ardes,
si no ardemos,
¿de qué modo
la vida sería una llama?
Nazim Hikmet

Hola, esta soy yo: Sylvia, del barrio de Once, Capital Federal. Rca. Argentina.
¡¡y tengo un sueño que quiero compartir con Uds...!!! :
Convertir mi biblioteca personal
en una biblioteca pública o sala de lectura.
Gracias por visitar y difundir mi blog ¡¡¡
IMPORTANTE: no tomar en cuenta la fecha de creación de los artículos. Las fechas que aparecen en los artículos son para dar un orden de prioridad a los artículos. El orden real de las notas es en base a su numeración. Pueden leer las notas clipeando sobre los títulos; o en el item "Archives".
Sino, simplemente de arriba a abajo, a lo largo del blog.

2007-12-30

1) PROYECTO

Somos nuestros sueños...
y somos también
lo que hacemos
por nuestros sueños...

Hola, amigos, quiero compartir con Uds. un sueño que estoy construyendo, y los invito a que me acompañen en este camino: tengo la suerte de poseer una cuantiosa y variada biblioteca, formada en parte por los libros que he ido comprando a lo largo de mi vida, y en parte, por una herencia recibida. Mi deseo es compartir esos libros con otras personas, y para ello estoy tratando de armar una bibliotequita popular y sala de lectura.
Vivo en Capital Federal, Ciudad de Buenos Aires, Argentina, y mi objetivo es compartir con los demás un poco de la enorme felicidad que esos libros me han dado.
ACLARO que
NO SE TRATA DE UNA BIBLIOTECA VIRTUAL, on line, sino una biblioteca REAL, DE CARNE Y PAPEL, DE HUESO Y PAREDES CONCRETAS. Busco un lugar concreto, un local, una casa vieja, donde llevar mis libros y abrir una cálida biblioteca pública, donde la gente vaya a leer, a compartir buenos momentos y también se lleve libros prestados a su casa.
A lo largo del blog, les iré contando de a poco los pasos que voy dando en la construcción de ese espacio -por ahora- imaginario.
También encontrarán distintos artícu
los -ajenos y propios- vinculados a la pasión por la lectura, la importancia de leer, etc. Espero que me ayuden con sus consejos e ideas.
Muchas gracias.
Sylvia ...
La fuerza domesticadora de lo pequeño:
( arriba, lo suave, el viento;
abajo, lo Creativo, el Cielo.
Hexagrama nro. 9. del I Ching, Libro de las Mutaciones.

Los datos y contenidos página pueden ser reproducidos libremente,
consignando el origen, el nombre del blog y a su autor.
Copyleft

HOLA....

Hola, amigos y visitantes, aquí estoy trabajando en la PC, en una de las bibliotecas de mi casa.
Esa bola de pelos que ven en el margen derecho de la foto es mi gato -Panchi-,
que muchas veces no me deja trabajar,
ya que le encanta dormir sobre pilas de libros¡
¿Por qué serán los gatos tan buenos compañeros de lectores y bibliotecarios? ¿Qué relación tienen ellos con la lectura?. Tal vez su misteriosa concentración se asemeja a ese estado a que nos lleva una buena lectura....
este blog y la futura biblioteca son
"no fumadores"

2007-12-29

A VER...

Acá se ve parte de una de las bibliotecas.
Todo lo que tengo que informatizar¡¡¡¡¡
Para ello cuento con el auxilio del programa Aguapey:
para consultar sobre su uso y modo de obtención:

2007-12-28

2) LA BIBLIOTECA DEL TIO ROBERTO

El desalojo
Hace unos 4 o 5 años recibí , de manera fortuita y abrupta, la herencia de una biblioteca de parte de un tío loco y egoísta que sólo vivió para sí y para los libros. Resultó un legado también fatal, porque vino lleno de dolor y desprendimiento forzoso,.
A partir de ese momento, comenzó a inquietarme el proyecto que hoy ocupa parte de mis sueños.
No sé si les habrá sucedido algo similar, pero les aseguro que más allá de la alegría, es una carga muy pesada hacerse cargo de una biblioteca ajena. Porque no se trata de una simple tarea de reacomodamiento, separar, clasificar, donar algunos, sino que hay en ello algo de despojo, de desgarramiento, de traspaso de una historia personal, más si su dueño original está vivo aún como en ese entonces.
El dueño de la biblioteca, el tío Roberto, había vivido sólo para sí mismo, para darse los gustos –la mayoría vinculados con la cultura, museos y lecturas- , para disfrutar egoístamente de la vida. Hasta que todo ese mundo ficticio cayó sobre él mismo: el día en que volvió a su casa a las 9 de la noche, y al querer abrir la puerta de su casa, la llave ya no entró en la cerradura. Salieron los vecinos, y le dijeron “no, Sr. Roberto, vino la Justicia y se llevó todo…”.
Lo habían desalojado mientras él estaba trabajando. Le sacaron todo a la calle y el Oficial ordenó llevar sus cosas a un depósito. Ya nunca más podría volver a entrar en la casa en la que había vivido durante 68 años.
Cuentan los vecinos que vieron a través de la puerta abierta de par en par, mientras sacaban todo (desde los enseres de cocina, hasta los muebles, la ropa, los libros), una alfombra de boletas e impuestos sin pagar. Las deudas y las intimaciones de pago lo estaban tapando. Evidentemente, nada de su situación financiera lo había inmutado, y siguió dedicando su impávida existencia a ir a exposiciones, comprarse libros, relojes y lapiceras, como hasta el fin de sus días, acostumbrado tal vez a que las mujeres de la familia le solucionaran los problemas y le facilitaran su buen pasar.

La adopción
Él se había quedado en la calle, y sus cosas estuvieron herrumbrados en el depósito por unos meses, a merced de la humedad, los bichos y la rapiña de empleados, martilleros y oficiales de justicia, mientras el hervidero familiar iba en aumento. Esta historia costó la salud de varios y trastocó la tranquilidad de muchos, sin que nuestro tío acusara recibo de nada. A pesar de la situación generada, él siguió almorzando con vinos de $ 15 y…comprándose excelentes libros y lujosas revistas ¡¡¡¡.
Sé que a esta altura pueden uds. estar pensando que estoy haciendo un uso inapropiado del blog para hablar mal de una persona que ya no está, pero en verdad cuento esta parte dolorosa de la historia para que se pueda comprender mejor mi necesidad de hacer algo útil con el legado que quedó en mis manos.
Volviendo a hablar de esos libros en cuestión, el tema que se nos presentaba era qué hacer con todo eso. No los íbamos a regalar–eran su único patrimonio -, mi tío no tenía donde ponerlos y yo, hice el “sacrificio”, cobijándolos junto con los míos. A través de este triste derrotero es que hoy tengo en mi casa su biblioteca.
Esa valiosa herencia ya nunca volvería a manos de su dueño. Él murió sin haber podido recuperar su biblioteca ni su casa.
Él me decía “ahora son tuyos”, pero yo me sentía parte del despojo, de la violencia que había dado origen a toda esa situación. Quedó en mí la sensación, la duda, de sí en algún punto a él le importó todo lo sucedió. Porque para tener o recuperar nuestras cosas, hay que luchar, hay que jugarse, hay que arriesgarse. Y ese, no era él. Parecía indiferente a una de las mayores catástrofes que le puede pasar a una persona: perder su casa, y además su biblioteca.
Convertí así su biblioteca en parte de la mía, o viceversa, no lo sé aún. Yo sabía que esos libros eran parte de un desprendimiento cruento, y sentí la responsabilidad de tener en mis manos un tesoro al que debía cuidar con la dignidad que su dueño había perdido en los últimos años de su vida.
Por ello, mi tarea vino de preservación sobre un patrimonio que quién sabe dónde hubiese terminado – destruido, disperso o malvendido -. Y también arqueológica, en el sentido de rescatar estas piezas que son parte de un todo que es la historia de mi propia familia, plena de desencuentros, pérdidas y desolación.
Un día me encontré a mi misma mirando los estantes, preguntándome qué hago con todo esto?. Es tanto el material que muchas veces me sentí agobiada, y llegué a pensar en donar todo. Pero permitir que esa biblioteca se dispersara hubiera sido como apagar la cola de un cometa. Me pareció de mal agüero y de peor designio.
Estoy convencida que para encontrar las respuestas que buscamos, debemos recurrir al reservorio natural: nuestra propia historia. Un abuelo anarquista y socialista, un padre lector y vendedor de libros usados; una familia que en la época de la Guerra Civil juntaba papel de cigarrillo en el barrio, armaba pelotas para enviar a los combatientes por la República, para hacer municiones. Hechos como estos, sumados a la presencia de los libros en mi infancia, me abrieron el camino que dio origen a este blog como parte del proyecto de socializar mis bibliotecas para compartir este viaje maravilloso que es la lectura.
Por ello, estoy planificando convertir esta biblioteca adoptada en un ámbito donde otros puedan disfrutar de la felicidad que encierra. Tensar las cuerdas de un universo que anda suelto y tejer su lugar, y tal vez, terminar así con un hechizo enclavado en nuestros genes...

Círculo Amigos Todoar