1998-08-08

22) DEL PAPEL AL CHIP


“Cabe preguntarse si la futura sociedad de la tecnología cognitiva, la inteligencia artificial, las máquinas coherentes y los androides, reservan algún espacio al libro…”.

"Tal como lo conocemos y utilizamos en la actualidad, el objeto libro apenas supera los 5 siglos de existencia. Eso si lo vinculamos con la aparición de la imprenta de tipos móviles de Gutenberg - a mediados del Siglo XV-, y olvidamos al mismo tiempo las formas que lo precedieron y que hicieron posible su existencia material.
El contenido del libro, que es en definitiva lo que interesa, ha buscado y encontrado siempre un soporte apropiado. Lo saben holgadamente los llamados “Pueblos del Libro”, poseedores de una extensa y honda tradición que arranca con los textos bíblicos y prosigue con el Talmud, el Zohar, el Nuevo Testamento o el Corán, escritos –según los caos y los tiempos – sobre piedra, sobre tabletas de madera o arcilla, sobre hueso, papiro, pergamino o vitela…. Y finalmente, sobre el papel que, con variantes, ha persistido hasta hoy.
Cabe preguntarse si la Futura sociedad de la tecnología cognitiva, la inteligencia artificial, las máquinas coherentes y los androides reserva algún espacio al libro.
La situación actual es similar a la del hombre de comienzo del siglo XIX frente a la máquina de vapor, a la que podía admirar desde las perspectivas más optimistas de la Revolución Industrial o temer (e inclusive odiar como pura violencia técnica) desde la visión apocalíptica de los destructores de máquinas acaudilladas por Ned Ludd.

EL ESPIRITU DE LA ARENA

Cada vez mas personas se suman a una red de usuarios y de implementos electrónicos que sirven para administrar los flujos de información necesarios para generar y mantener vivos la producción, el diseño, la comercialización o el control de grandes flujos de servicios y productos del más variado carácter. El libro no puede sustraerse a esta nueva lógica y, de hecho, algunos intentos vinculados con el disco compacto señalan ya uno de los rumbos posibles, aunque seguramente no el único.
Los bosques con cuya pulpa se alimentó desde el siglo XIX la revolución del libro, son un bien frágil y perecedero, cuya conservación y administración supone esfuerzos de planificación y cuidado. La arena que está en la base de la nueva “cultura del silicio” – o “cultura del chip” en cambio, es prácticamente infinita, como asegura alguna canción y algún viejo relato. El “espíritu de la pulpa”, con sus aromas peculiares, no será suplantado por el “espíritu de la arena”. Ambos se complementarán durante un largo trecho, como lo hicieron los incunables de la imprenta primitiva y las copias realizadas por sus monjes en sus “scriptoria”.
Artículo de Jorge B. Rivera

(titular de la cátedra Historia de los Medios de la UBA, carrera de Comunicación Social).

“ El libro nunca va a ser reemplazado por una computadora, porque el hombre lo puede abrazar como a un niño”
¡¡ Ray Bradbury!!!, quién más.